Desde que recuerdo, cuando no había que merendar en casa, mi madre se remangaba y se ponía en la cocina a batir energicamente las claras de huevo (a mano) para hacer estos buñuelos. Lo que no recuerdo es si alguna vez los relleno de algo, o tan solo "viento".
Han pasado los años, gracias a Dios pude rescatar esta receta de entre un montón de papeles amontonados para ir a la basura.
Ahora soy yo la que se lo prepara a mis hijos cuando quieren merendar algo rápido y fácil.
Espero que os guste tanto como a mis monstruitos.
Ingredientes:
- 1 vaso de leche
- 2 huevos
- 250 g. de harina
- Aceite para freír
- Azúcar para espolvorear
Poner la leche en un bol y echar la harina. Remover todo bien sin que queden grumos.
Separar las claras de las yemas. Las yemas las añadimos a la masa anterior volvemos a mezclar y reservamos.
A las claras les echamos dos cucharas soperas de agua antes de montarlas. Las montamos a punto de nieve hasta que estén bien firmes. Las incorporamos a la mezcla de harina y con movimientos envolventes lo vamos mezclando todo bien.
En una sartén echar abundante aceite de girasol y dejar que se caliente bien.
Con la ayuda de una cuchara, vamos echando montoncitos en el aceite caliente y vamos dándoles vueltas hasta que estén dorados por los dos lados.
Sacar y poner en papel absorvente para retirar el exceso de aceite. Espolvorear con azúcar a listas para comer... bueno esperar un poco que sino os quemareis.